Reflexión Tema II.

Bueno para comenzar diré que me veo un poco más animada con el tema del blog, puesto que cuando empecé  a escribir estaba un poco desanimada, y me parecía un poco rollo. Con este tema de la literatura folclórica he aprendido muchas cosas que desconocía, como por ejemplo que el cuento  de Caperucita Roja  no fue de origen infantil, si no que su versión era para adultos y que más tarde sería adaptada. Y que todos los cuentos y las historias eran transmitidos oralmente, por lo que esta tradición tiene que seguir perdurando y está en nuestras manos. Con respecto a la prosa y al teatro aunque no los hemos desarrollado mucho he aprendido que e para el teatro no se escribían textos, si no que los actores interpretaban la historia a su manera, e iban de pueblo en pueblo para ganarse algo de dinero.

Tenemos que ser nosotros los futuros maestros los que sigamos trasmitiendo estos cuentos a los niños, para que nunca se olviden, puesto que forman parte la historia de la literatura y aunque los tiempos cambien, y haya cada vez más tecnologías  no debemos perder estas tradiciones de seguir contando cuentos populares. Actividades como rimas, canciones, trabalenguas, adivinanzas hacen que la poesía esté presente ya en los más pequeños, y que mediante actividades lúdicas aprendan mucho mejor.

Otra cosa que me ha parecido muy interesante ha sido la actividad de adaptar un cuento, me parece una la labor muy importante, puesto que no todos los cuentos que queremos que conozcan nuestros futuros alumnos van a estar en la mejor versión para ellos. Lo que tendremos que hacer es coger la versión original, la que estaba digamos destinada para los adultos, y sin perder la esencia del cuento adaptar el vocabulario, el formato, para si queremos tenerlo en nuestro rincón de lectura, y acortarlo en el caso de que sea muy largo. Gracias a esta actividad podemos desarrollar nuestra imaginación y siguiendo ciertas pautas que no deben cambiar en el cuento, mostrar a los más pequeños que con un poco de creatividad podemos transportarnos a lugares y momentos de hace muchos años.