sábado, 5 de mayo de 2012

Hoola holitaaa de nuevooo¡¡como estais?Con ganas de aprender mas?Seguro que sí.
En esta segunda actividad hemos modificado el cuento de Todo tipo de pieles,para niños de 3 años, el el que nos contó nuestra profe es precioso por cierto, asique si no lo habéis oido aún ,corred y leerlo antes de que comience mi adaptación....


TODA CLASE DE PIELES

Esto era una vez ,que yo sabía un cuento, pero se me quedó dentro y no me acuerdo, voy a ver si me sale otra vez…

Había una vez, en un país muy lejano, una reina y un rey que se querían muchísimo.

La reina era la mujer más guapa del mundo: tenía un pelo rubio larguísimo y unos ojos tan verdes como el color de la hierba. Todo el pueblo se lo decía continuamente. Su marido, el rey del castillo, la quería mucho y hacía todo lo que su reina le pedía.



Como los reyes se querían tanto decidieron tener un bebé, y tuvieron una hija a la que llamaron Andrea. Los tres eran muy felices y se querían mucho; se pasaban horas jugando los tres juntos porque se lo pasaban genial.



Andrea era tan guapa como su madre, la reina Isabel: tenía el pelo largo y rubio como su madre y los ojos azules como el color del mar. Cuando la princesa cumplió 17 años, sus padres le dijeron que en un año tendría que encontrar un príncipe con el que casarse. Para ello, los reyes organizaron bailes en el castillo y la princesa conoció a muchos príncipes, pero ninguno le gustó: la mayoría de los príncipes eran muy guapos y estaban siempre arreglándose para estarlo más aún, pero eran antipáticos y no eran cariñosos con la princesa.



La princesa, cansada de no encontrar a ningún príncipe que le gustase, decidió salir por la mañana a dar una buena con su caballo Café, un caballo blanco y marrón que parecía estar dibujado, ya que sus manchas eran perfectas y era tan suave como un osito de peluche.



Andrea llegó hasta un riachuelo donde decidió parar para que Café bebiera un poco de agua. Allí se encontró a un joven apuesto, alto y guapo, con el cabello moreno. Parecía un príncipe, pero no le había visto en ninguno de sus bailes.



El príncipe se llama Roberto. Le pidió ayuda a la princesa porque había perdido su caballo y no podía volver a su palacio.



Andrea le llevó a su palacio, donde le presento sus padres, el rey y la reina. Los reyes invitaron a comer al príncipe y enviaron un carruaje para que pudiese volver a su palacio.



El joven y guapo príncipe Roberto, para darle las gracias a la princesa, le envío un abrigo que estaba hecho con todo tipo de pieles de animales, con todos lo que uno se puede imaginar. Pero pasaron los meses y no se volvieron a ver.



La princesa seguía yendo al mismo riachuelo donde se encontraron por primera vez, pero él jamás volvió.



Cuando quedaban pocos días para que la princesa cumpliera 18 años, los reyes decidieron organizar un último baile. La princesa, muy triste porque no había vuelto a ver a Roberto, decidió ponerse el abrigo que él la había regalado y se manchó la cara con pinturas negras para parecer que estaba sucia.



Los reyes se enfadaron con la princesa al verla vestida de esas maneras, pero no pudrieron hacer nada porque la princesa se negaba a cambiarse de ropa.



Una vez que comenzó el baile, los príncipes de los diferentes reinos miraban a la princesa de forma extraña y ninguno parecía querer bailar con ella. Le miraban el abrigo y se decían entre ellos: “vaya princesa más desaliñada, no como nosotros que siempre arreglados y perfectos para cada ocasión”.



Hasta que, de repente, apareció al final del salón un joven guapo, alto y moreno. Su cara le era familiar: era Roberto.



Cuando el príncipe se acercó, a la princesa le empezó a latir muy rápido el corazón. Roberto la saco a bailar y le comentó que su padre le había llevado por todo el mundo para que eligiese a la mujer con la que tendría que casarse. Pero Roberto se dio cuenta de que era con Andrea con quien realmente quería casarse. En ese momento él se sacó un anillo del bolsillo y le pregunto:

-        “Princesa, ¿Querrías casarte conmigo? Prometo cuidarte y amarte para siempre”.



A lo que la princesa le contesto:

-         ¿Aun estando tan desaliñada y descuidada?



El príncipe la contestó:

-        “Siempre te querré. Y para mí estás guapa con todo tipo de pieles”.



Se dieron un largo beso y finalmente se casaron.



Y coloriiiiin colorado este cuento se ha acabadooooooo, si quieres que te lo repita otra vez, cierra los ojos, y cuenta hasta treeeess¡¡¡=)

Enlace de interés:
http://www.elhuevodechocolate.com/cuentos/cuentos7.htm


1 comentario:

  1. Está bien, pero te has cargado dos elementos esenciales del cuento:

    - La princesa debe huir de su casa, a pesar de querer a su familia, porque no puede aceptar la obligación que le imponen.

    - La protagonista debe conseguir que se enamoren de ella por su astucia y no solo por su belleza.

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